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Dos mendigos. Él, que lleva poco tiempo en la calle, no ha olvidado la vida visible y la necesita. Ella, que ya ha perdido la cuenta, ha encontrado en la invisibilidad su propia felicidad. Illa y Tío Mierda se volvieron invisibles para el mundo por razones muy distintas, y hoy ‘celebran’ el primer aniversario de su encuentro en la calle.
Cuántas veces sentados en la terraza de un bar con nuestra familia o amigos, hablando de lo mal que está el mundo, intentando arreglarlo con nuestra ‘magnífica demagogia», se nos ha acercado una persona sin hogar a pedirnos algo. Con más o menos originalidad, con más o menos arte, con más o menos credibilidad, al fin y al cabo lo que nos piden es una ayuda: «una monedita, un cigarrillo». dicen algunos, «lo que pueda», dice la mayoría. Porque con un poco de aquí y otro poco de allá, ellos consiguen sobrevivir un día más. Sin embargo, nuestra actitud es girar la cabeza, no mirarlos, no hablarles, escapar de su encuentro. Seguir con nuestra conversación de la manera más natural posible, como si no estuvieran ahí, convirtiéndolos en personas invisibles.
¿Por qué reaccionamos así? ¿Qué nos incomoda realmente de su presencia? ¿No poder ayudarlos, no saber ayudarlos o no querer hacerlo?
Respondemos poniendo mil excusas para no reconocer que gran parte del problema de ese mundo que pretendemos arreglar en la terraza de un bar, es precisamente su falta de empatía e intolerancia hacia aquellas personas que considera diferentes.
Y no se trata ya de ayudarlos a salir de la calle, a sobrevivir, se trata sobre todo de reconocerlos como seres humanos, como personas valiosas que podrían enseñarnos más de la vida y cómo vivirla que cualquier libro de autoayuda.
Cada persona es un mundo, cada persona tiene una historia que contar. Lo único que tenemos que hacer es escucharla y LA CORACHA TEATRO te brinda la oportunidad de hacerlo a través de su comedia más ácida, LOS INVISIBLES
«El individualismo propio de los sistemas capitalistas distancia a las personas, y el ser humano, por naturaleza, necesita vivir en sociedad para progresar. Conocer y empatizar con las personas que nos rodean nos ayudará a caminar hacia delante como individuos y como grupo.
LOS INVISIBLES es la historia de dos personas cuyos caminos se truncaron hasta llegar a la actualidad. No tenían nada en común. Sus vidas, sus sueños, sus valores eran distintos. Sin embargo acabaron en el mismo lugar: LA CALLE. Llegados a este punto el conflicto es: ¿rendirse o luchar?
Quiero que el espectador sea consciente de que cualquiera de nosotros puede sufrir un giro de 180 grados y que todos los esquemas que organizan nuestra vida se pueden derrumbar. No es un canto al Carpe Diem, es más bien un grito contra el conformismo, contra el sistema, contra la hipocresía de una sociedad que prefiere invisibilizar un problema antes que afrontarlo.» – PACO POZO
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